Trekking pel Nepal: Dia 21. De Tal a Bahundanda.

Com gairebé cada matí baixem a esmorzar a les set del matí. Jo que habitualment no menjo massa a primera hora, aquí sempre faig un bon esmorzar no sigui cas que després faltin les forces. Avui no fa sol, més aviat el temps sembla inestable.
Sortim de Tal, avui de nou anem tota l'estona seguint el curs del riu Marsyangdi. Poca estona després el riu cau en cascades i això vol dir que hem de fer un fort descens ben vertical. Comença a ploure lleument i ens crea dubtes de si hem de treure els impermeables o no. Les quatre gotes finalment es queden en quatre gotes, ja hauria estat casualitat que plogués just en un tram que també ens va ploure a l'anada. Per cert, si durant tota la tornada des de Manang fent el camí a la inversa, tot i passar pel mateix lloc té una nova perspectiva i manté l'encant, part de la jornada d'avui i també de la d'ahir sembla ben bé un camí nou per nosaltres ja que quan pujàvem, aquell dia plovia i no podíem gaudir del paisatge com sí que ho podem fer avui. Després de la forta baixada i caminar una estona per la riba esquerra del riu, travessem de nou el riu per un pont tibetà i arribem a Chamje, de nou a la "carretera". Seguirem avall per aquest camí, passant per Jagat i Syange, on de nou tornem a travessar el riu per tornar a pujar, aquesta vegada amb la recompensa afegida que quan arribarem a dalt hi ha el restaurant on dinarem. Encara ens queden dues hores ben bones de caminar fins arribar al nostre destí d'avui. El camí ara és menys exigent amb contínues pujades i baixades no tan pronunciades com al matí i passant per petits nuclis habitats fent tot el trajecte molt bonic. Es va fent fosc i encara ens queda una mitja hora fins arribar i una forta pujada, ara si per arribar a Bahundanda. Hem de treure els frontals i caminar de nit. Arribem a dalt i ens instal·lem a l'hotel, segurament és l'hotel més senzill de tots els del trekking, i mira que tots ho són de senzills. Sopem i després ens n'anem a la plaça del poble, avui fan danses típiques del Nepal. Estan celebrant l'any nou Newar. Ens hi estem una estoneta i anem a descansar, demà serà l'últim dia de trekking.

Hoy parece que el día está un poco inestable, llovizna un poco pero al final aguantará, al menos esta vez si que podremos disfrutar del paisaje. Empezamos vadeando el rio Marsyangdi, pensaba que el camino seria más plano pero enseguida me doy cuenta que no, que hoy también tocará subir y bajar.
Si bien es verdad que ya pasamos por aquí, es un tramo que descubrimos de nuevo pues a la ida llovía tanto que no pudimos disfrutar de estas vistas tan preciosas ni de los pueblos por los que pasamos.
Me gusta mucho pasar por los puentes tibetanos que dan el toque de aventura jajaja,,,
En Jagat un grupo de niños nos cerraron el paso, estaban recogiendo dinero para la escuela así que tuvimos que pagar el correspondiente peaje cosa que hicimos con sumo gusto.
En otro pueblo un "mocosete" de menos de tres años corría hacia un rebaño de cabras para tirarle piedras, ¡no me lo podia creer!, no le daba ni un poco de miedo, es más eran las cabras las que parecían tener miedo de él, al final apareció la mama y lo cogió en brazos mientras le reñía y se reía a la vez...
El camino hace zigzag de manera que atravesamos el rio varias veces, subimos y bajamos continuamente. En Syange paramos a comer, hay unas mariposas enormes y negras que llaman mucho la atención por lo bonitas que son, después del té como siempre, en marcha que aún nos esperan dos horas más de camino. Creo que Achut no controla mucho los tiempos y las distancias al revés y hoy también se nos hace de noche, al final sacamos los frontales, me da bastante respeto el camino es muy empinado y con la noche me preocupa que alguno de nosotros tengamos un accidente. Finalmente llegamos a Bahundanda, es un pueblo que no es de parada para turistas por lo que el "hotelito" es todavía más precario, y aquí también somos los únicos turistas. Achut nos dice que en la plaza habrá baile lo que me alegra un montón.

Después de cenar en la terraza con vistas a la inmensa oscuridad y el cielo cubierto de estrellas nos fuimos a la plaza, donde un grupo de niños y niñas que me recordaban a mis sobrinos pequeños, se empeñaban en sacarme a bailar a ritmo de Bollywood jajaja... y aunque lo estaba deseando me sentía como un bichejo de feria y solo me atrevía a bailar tímidamente. Cuando empezó a venir todo el pueblo, el que debía ser el alcalde se empeñó en que nos sentáramos en las mejores sillas, lo que finalmente tuvimos que hacer para no ofenderlo. La fiesta consistía en grupos de danzas a los que los espectadores daban dinero mientras bailaban, un chico apuntaba el nombre del que daba dinero y la cantidad y después lo decían en voz alta, yo también di dinero y baile un poco mientras la plaza entera se reía, les es tan fácil reírse que da gusto, al final fue divertido como dijeron mi nombre, JONÁ, lo oímos mientras nos íbamos al hotel con Achut. Como siempre el esfuerzo ha valido sobradamente la pena, estamos en el Nepal sin artificios, sus gentes auténticas y me siento de nuevo muy afortunada.